Cambiar el espacioso escenario por la sala de casa no es nada fácil para los bailarines por lo que, en tiempos en que salir no es una opción, lo que resta para las figuras del ballet es "vivir el día a día" y esperar a que la tormenta pase.
Cambiar el espacioso escenario por la sala de casa no es nada fácil para los bailarines por lo que, en tiempos en que salir no es una opción, lo que resta para las figuras del ballet es "vivir el día a día" y esperar a que la tormenta pase.