Sobre el Bns

El cascanueces

ESTRENO MUNDIAL

18 de diciembre de 1892, Teatro Mariinskide, San Petersburgo, Rusia
Coreografía: Marius Petipa y Lev Ivanov
Música: Piotr Ilich Tchaikovski
Reparto: Hada de azúcar, Antonietta Dell Era; Príncipe Coqueluche, Pavel Gerdt; Clara, Stanislava Belinskaya; Príncipe Cascanueces, Sergei Legat; Drosselmeyer, Timofey Stukolkin. Niños, estudiantes de la Escuela Imperial de Ballet de San Petersburgo.
Fuente

ESTRENO BALLET NACIONAL SODRE 

1958
Coreografía: Yurek Shabelewski
Música: Piotr Ilich Tchaikovski
Director de Orquesta: Carlos Estrada

REPOSICIONES

1960
Coreografía: Yurek Shabelewski
Música: Piotr Ilich Tchaikovski
Director de Orquesta: Carlos Estrada
 
1961, Pas de deux de Cascanueces
Coreografía: Vaslav Veltchek
Música: Piotr Ilich Tchaikovski
Director de Orquesta: Guido Santorsola
 
1963
Música: Piotr Ilich Tchaikovski
Coreografía: Yurek Shabelewsky
Director de Orquesta: Carlos Estrada
 
1964, Pas de Deux de Cascanueces
Música: Piotr Ilich Tchaikovski
Coreografía: Yurek Shabelewsky
Grabación con cinta magnetofónica
 
1971
Coreografía: Norman Dixon
Música: Piotr Ilich Tchaikovski
Grabaciones de la OSSODRE

1978
Música: Piotr Ilich Tchaikovski
Coreografía: Yurek Shabelewsky
Director de la orquesta: Heribert Esser 

1975, Pas de Deux de Cascanueces
Música: Piotr Ilich Tchaikovski
Coreografía: Yurek Shabelewsky.
Director de la orquesta: Miguel Patron Marchand
 
1989, Pas de Deux Cascanueces
Música: Piotr Ilich Tchaikovski
Coreografía: JurekShabelewsky
 
1996
Coreografía: Eduardo Ramírez basada en el original de Yurek Shabelevsky
Música: Piotr Ilich Tchaïkovski
Director de Orquesta: Fernando Condon
 
2007
Coreografía: Eduardo Ramírez

Argumento

Primer acto 
Es tiempo de Navidad. En casa de los Stahlbaum, Clara y su hermano se preparan para la gran fiesta de Nochebuena esperando la llegada de amigos y familiares. Una vez reunidos todos los invitados, el padre de Clara da la orden de encender las luces del árbol de Navidad y entregar a los niños los regalos que se encuentran a los pies del mismo. Entre juegos, risas y peleas por los juguetes que acaban de recibir comienzan las danzas festivas, primero con los más pequeños a los que pronto se les unen sus mayores, padres y demás invitados. Como en cada Navidad, la llegada de Drosselmeyer, padrino de Clara, despierta una gran expectativa entre todos los niños. Es un ser mágico y encantador que logra deslumbrar año a año con sus trucos de magia y con su increíble teatro de marionetas, en el que contará, para los niños, la historia de “Cascanueces y el Rey Ratón”. Llega el momento tan esperado: uno a uno presenta a los habitantes de su teatrito: Arlequino, la Muñeca, el Capitán, la Gitana y el Pirata, quienes actúan y bailan para deleite de los invitados. Cuando todos se retiran a cenar, Drosselmeyer sorprende a Clara con un regalo muy especial: un cascanueces de madera. Desde este primer contacto, Clara siente algo muy especial por él. Los invitados vuelven a irrumpir en la sala luego de la cena de celebración para despedirse de los anfitriones y parten. La casa queda en silencio y los niños se disponen a dormir, dejando –por orden de su mamá- los regalos en la sala. Clara está tan emocionada con su nuevo cascanueces que, sigilosamente, vuelve a la sala para tomarlo en sus brazos. Poco a poco el cansancio y el sueño la van ganando y queda profundamente dormida en un sillón. En sueños, comenzará la aventura más fantástica jamás imaginada, de la mano de su padrino Drosselmeyer, quien transforma la sala de la casa haciendo crecer y deformando los objetos, el árbol de Navidad, los juguetes y hasta los pequeños ratones que muy escondidos habitan la casa. Los muñecos del teatrito de marionetas vuelven a reaparecer tomando una nueva existencia y su querido cascanueces adquiere las dimensiones y la gracia de un esbelto muchacho. El Cascanueces y el Rey Ratón entablan una tumultuosa batalla. El Rey Ratón casi derriba a Cascanueces, quien es salvado por Clara al arrojarle esta una zapatilla a la cabeza del Rey Ratón. El Rey Ratón pretende atacarla pero es salvada por Cascanueces, quien ya repuesto detiene al Rey Ratón y lo aniquila. Los ratones apenados se lo llevan. Cascanueces se transforma ante los ojos de Clara en un joven bello y un valiente soldado. Ambos, conducidos por Drosselmeyer, emprenderán juntos un fantástico viaje hacia el País de las Nieves.

Segundo acto 
El espacio y el tiempo desaparecen en un largo viaje de ensueño, donde Clara y Cascanueces, verán pasar inolvidables paisajes y personajes hasta llegar finalmente al País de los Dulces. En este lugar tan especial son recibidos por el Hada de Azúcar, quien condecora a Cascanueces y celebra en ambos la valentía que tuvieron al enfrentarse al Rey Ratón. Clara y Cascanueces son invitados a disfrutar de las maravillosas danzas de los simpáticos embajadores de las distintas regiones del mundo: españoles, árabes, chinos, rusos… incluso dulces pastoras. Entre muchas piruetas y gigantes con babuchas, dragones voladores y dorados abanicos, muñecas rusas y simpáticos cosacos, castañuelas y mucho garbo… desfilan frente a sus ojos bailes, situaciones y personajes inolvidables. Cascanueces y Clara son convertidos en príncipes, y descubren simultáneamente un nuevo sentimiento especial que los unirá para siempre… Una larga noche llega a su fin. Con las primeras luces del alba, Clara despierta en el sillón de la sala de su casa, con su cascanueces de madera en brazos, sorprendida y triste de que todo solo haya sido un sueño, pero confiada y feliz de que pronto, al convertirse en una joven, seguramente llegue a vivir una similar aventura de amor en la vida real.